El refinamiento y el lujo de una decoración clásica otorgan un aspecto
suntuoso al hábitat. Un interior clásico presenta aspectos elegantes y
trabajados únicos, nada convencionales. Todo ello para crear un ambiente cálido
y acogedor que trasmita tranquilidad e incite al descanso. El estilo clásico
apuesta por la belleza y por la sofisticación.
Uno de los elementos básicos de una vivienda decorada al
estilo clásico es la madera de cerezo, de haya o de roble. La porcelana, las
plantas y las flores, son otros elementos que no pueden faltar en un hábitat
clásico.
Tonos claros, lisos, aportando elegancia y distinción a la estancia y aumentando la luminosidad. Estos tonos ayudan a agrandar visualmente el espacio.
La iluminación es un aspecto esencial. Debemos iluminar las estancias de una forma suave. Para ello es recomendable el uso de bombillas de baja intensidad o de tulipas en las lámparas que filtren y dosifiquen la luz.
Los colores que son más afines con este estilo de decoración tranquilo y
sensible son los colores crema. Verdes, grises o incluso amarillos. Eso sí,
siempre de un tono suave, nada llamativo. Tonos suaves. La elección depende la
atmósfera que le quieras darle a tu interior.
Otras alternativas para las paredes de las salas son los empapelados y los tapices de madera.
Los papeles decorativos con motivo de rayas, flores y puntos son perfectos para crear este estilo tan clásico en las salas de tu hogar. Si buscas algo más elegante y natural, entonces nada mejor que los tapices de madera que pueden cubrir la parte inferior de las paredes o la pared completa. En cuanto al piso, el parquet esta en el primer puesto para conseguir una sala de estilo clásico y, la alfombra central de diseños turcos no pueden faltarte |
lunes, 2 de abril de 2012
Estilo Clásico
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